sábado, 15 de febrero de 2014

Jabón líquido con aceite reciclado

La mejor manera de reciclar el aceite es hacer jabón. Y si se hace de la manera apropiada resulta un jabón excelente para lavar la ropa, para el lavaplatos o incluso para fregar.

Los jabones de uso cosmético además de hacerse con aceite limpio y de buena calidad llevan lo que se llama "sobreengrasado". Es un porcentaje de aceite extra que no saponifica y que le da al jabón propiedades hidratantes, lo cual lo hace mucho más agradable para la piel.

El jabón para lavar sin embargo debe llevar un sobreengrasado del 0% o menos, puesto que no nos interesa que deje trazas de aceite en aquello que lavamos. Cuanto más negativo sea el porcentaje más cáustico será el jabón. Si es sólo para ropa blanca puede llegar hasta un -20 o -25%, sin embargo este porcentaje sería excesivo para la ropa de color. Yo he elegido un sobreengrasado de -5% que ya me parece suficiente.

También es importante saber que un jabón hecho con aceite reciclado jamás debe tener un sobreengrasado positivo, porque olería intensamente a "fritanga", cosa que no pasa si usamos uno del 0% o menos. Por eso la mejor manera de reciclar el aceite usado es haciendo jabón para lavar, que siempre lo lleva negativo.

A este jabón se le pueden añadir aromas como a cualquier otro, en este caso he elegido lemongrass.



Ingredientes:

- 616g aceite de oliva reciclado
- 132g de potasa pura al 100%
- 340g agua

Disolvente:

- 2200g de agua

Preparación:

Calentar el aceite hasta 70º y reservar. Preparar la lejía: disolver la potasa en el agua y dejar reposar hasta que alcance los 70º. Echar la lejía sobre las grasas, batir con batidora hasta alcanzar el punto de traza (si tarda mucho, meter 1 minuto en el microondas y batir de nuevo y repetir las veces que haga falta).

Una vez alcanzada la taza dejar reposar bien tapado al menos una hora para que saponifique del todo (debería mantener los 60-70º todo el tiempo, por eso hay que taparlo bien). Se sabe que ha saponificado del todo porque está gelificado por completo. Se puede dejar hasta el día siguiente. Este es el aspecto del jabón gelificado antes de disolver.



Una vez gelificado, calentar la pasta, añadir el agua para disolverlo y remover muuuuuuuy despacio (si no, hace mucha espuma) o mejor, dejarlo reposar para que la absorba él solo. Os recomiendo añadir el agua poco a poco, por si os gusta más espeso, aunque para mi tiene la consistencia perfecta. Cuando está disuelto podéis añadirle las esencias si queréis. Embotellar y dejar reposar al menos una semana antes de usarlo.

4 comentarios:

  1. Que curioso, cada maestrillo tiene su librillo. ¿No añades ningún tipo de jabón ya hecho a la mezcla?
    Tengo que probar con potasa a ver que tal. Supongo que el color es por el lemograss no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no le añado nada más ¿tu sí? ¿para qué? El color es por el aceite de oliva que era muy verde :P

      Eliminar
  2. Si, yo todas las recetas que conozco de jabón líquido para lavar añaden jabón comprado, suavizante o activador de lavado. Fuimos a un curso y así nos lo enseñaron ;) por eso te pregunto.

    Hoy una amiga me ha dicho que el resultado con la potasa no le gusta, que no queda muy líquido y la eficacia del lavado no es la misma aunque claro, no solidifica tanto con el tiempo.¿Tú que opinas? ¿Para ti deja la ropa igual?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Queda todo lo líquido que quieras, le puedes añadir tanta agua como necesites. De hecho a veces el problema es que es muy concentrado (la pastilla diluida tiene mucha mas agua) y los que están acostumbrados al de sosa diluido tienden a usar mas de lo necesario y hace demasiada espuma. Y nunca solidifica.

      Lo de que no lava igual, no sé, a mi me parece que sí. Puede que tu amiga no se haya fijado en la pureza de la potasa y esté usando un sobre engrasado positivo sin saberlo y por eso lave peor.... ¿Es posible?

      Eliminar